Lo más importante que debemos recordar es que, aunque nuestros sentimientos van y vienen, el gran amor de Dios por nosotros no cambia. A Él no le cansan nuestros pecados ni nuestra indiferencia; y por lo tanto, es implacable en su determinación en que seamos sanados de esos pecados, a cualquier costo para nosotros y a cualquier costo para Él.”
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
“No atraemos a las personas a Cristo al desacreditar ruidosamente lo que ellos creen, al decirles lo equivocados que están y lo correcto es que nosotros estamos, sino al mostrarles la luz que es tan maravillosa para que ellos con todo su corazón quieran conocer cual es la fuente de la misma.”
Madeleine L’Engle
David Kinnaman los divide en tres grupos:
Se están desvaneciendo lentamente de la fe activa. No asisten regularmente a la iglesia, pero aún se consideran cristianos. A veces eligen qué pasajes de la Biblia seguir.
Ya no se identifican como cristianos. Se han “desconvertido”. Se llaman a sí mismos ateos o agnósticos.
Siguen creyendo en Jesús, pero se sienten alienados de la iglesia. Tienen un pie dentro y otro fuera.
1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.
Mateo 13:1-9 RVR1960
Vinieron aves y se la comieron.
Brotó rápido, pero no tenía raíz.
Creció, pero fue ahogada por las distracciones, redes sociales, pecados ocultos…
Dio fruto abundante.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.